20 jun 2006

°o.O LA VIDA O.o°


Que poca noción tenemos a veces del valor inmensurable que posee la vida. No lo notamos, no damos cuenta de ello… hasta que sucede algo que nos despierta, que nos saca del trance.
A veces necesitamos un empujón para darnos cuenta de lo maravilloso que resulta el hecho de poder caminar los senderos de la vida. ¿Y cuándo nos damos cuenta de ello…? Precisamente cuando estamos a punto de perderla, o cuando vemos a algún otro mortal aferrándose con uñas y dientes a esa vida que se les escapa día tras día de las manos.
Comúnmente tendemos a darnos cuenta tarde de las cosas, cuando ya no hay nada que hacer, cuando todo está dicho… entonces nos lamentamos.
¿Por qué será que cuando estamos a las puertas de la muerte sentimos deseos de hacer miles de cosas que nunca hicimos… de decir cosas que no se dijeron…? ¿Por qué a las puertas de la muerte un ocaso posee mayor valor… por qué una vida se extraña tanto…?
Más de una vez solemos caer en las redes de la depresión y la desolación y desearíamos entregarnos a las manos de esa Blanca Mujer que nos aleje de todos los males terrenales. Tan poco vale nuestra vida…
Debo reconocer que yo he pensado más de una vez, varias en realidad, y todavía suelo pensarlo… ¿por qué nací yo y no otro u otra en mi lugar? ¿Por qué fui bendecida con el don de la vida? ¿Qué tengo yo para brindar en esta vida que sea tan valioso…? ¿Qué misión se me ha encomendando que desconozca? Aún no lo he podido saber… estoy tratando de averiguarlo mientras la vida me arrastra en su cause.
Muchos de nosotros vivimos simplemente porque estamos, porque no queda otra, porque hay etapas que deben cumplirse, hay un ciclo natural que respetar… Se nace, se crece, se reproduce, se muere. Eso hace la mayoría de los mortales de éste planeta. Respetan a la perfección el mandato establecido, pero cuantos de todos ellos realmente disfrutan la vida que viven, cuantos de ellos se detienen si quiera un segundo a pensar en si mismos, en la vida que van dejando atrás, en la huella que pretenden dejar marcada para la eternidad, en su paso por ésta vida…
Yo no puedo dejar de abstraerme de la vida, salirme de ésta especie de calesita que no deja de dar vueltas, de separarme del mundo… aunque sea tan solo por un instante.
No puedo evitar el mirar desde afuera, dejar de ser actor para convertirme en espectador de mi propia vida… me observo, me evalúo, me critico, me consuelo. Pienso, pienso… y pienso. Pienso mucho, a veces creo que lo hago en exceso.
Hoy me encuentro pensando en la vida que vivo, en la que deseo vivir y en la que dejé de vivir hace tiempo ya… Pienso en todo lo que tengo ganas de hacer, en todo lo que tengo ganas de decir, en todo lo que tengo ganas de vivir… antes de entregarme rendida a los pies de mi inevitable muerte.
LA VIDA ES UN DON SAGRADO, NO HAY OTRA, ES LA ÚNICA… Y ES NUESTRA.

0 Huellas en el Valle: