17 dic 2007

°o.O REVELACIÓN O.o°


Camino por largos y estrechos pasillos de paredes añejas, donde los murmullos son tan audibles como el silencio. Guardo en mi retina esos diferentes rostros, esperando, desesperanzados, agonizantes, vencidos. Me siento extraña, como perdida en un mundo paralelo, en un tiempo suspendido.

Tonos grises en las paredes, en los muebles, en los cuerpos, en todos lados; incluso yo me noto más gris desde que estoy aquí dentro. Un fuerte deseo de salir corriendo lo más pronto posible, pero mis pies no quieren moverse; indudablemente aún no he visto todo.

Las sombras comienzan a acentuarse en los rincones y los grises ya no son tan grises, una bruma negra va tiñendo todo alrededor, y los murmullos ya casi no se perciben, y el silencio se va adueñando de todo el corredor. Los cuerpos desvanecen levemente y detienen sus acciones; todo se detiene, hasta el tiempo, que parece ya no transcurrir.

Mis palpitaciones se aceleran cada vez más, puedo sentir como la sangre fluye precipitadamente dentro de mis venas; mi piel se eriza y mis extremidades se entumecen.

Hacia el final del pasillo, un tenue movimiento y una figura que comienza a vislumbrarse. Es sólo un chico que camina lento hacia mí. Aparenta unos 14 años, trae ropas sobrias, pantalón largo de jean, un sweter a rayas, una campera beige de gabardina y un gorro de lana sobre su cabeza. Tiene su mirada gacha y arrastra los pies en cada paso que da, luce agobiado, de andar cotidiano por este submundo. Ya más cerca, casi al pasar por mi lado, levanta su cabeza y me apuñala con su mirada. Se me hiela la sangre y siento que me caigo, esos ojos…

Esos ojos, en escalofriante revelación, me corporizan a la Muerte.