Ella escribe a la soledad
tirada en su desvencijado sofá.
Ella estampa su descontento,
y sólo siente pena de sí.
Ella sueña que vuela,
y vuela alto,
con sus alas de gaviota.
Ella hace garabatos
con sus letras cansinas,
y pelea así contra el hastío
de tantos días iguales.
Ella fantasea con colores,
rueda por praderas y valles,
y casi se siente feliz.
Ella hace un bollo con sus versos,
se deshace en llanto desolado,
y vomita su fastidio al viento.
Ella extraña los sueños perdidos,
las fantasías de juventud.
Ella sólo se arroja de la vida.