21 nov 2006

ºo.O LETRAS CON NOMBRE PROPIO O.oº


Nuevamente mis letras se conducen hacia vos, resulta inevitable no hacerlo pues habitas en mi mente de modo constante, y anidas en mi corazón. Quisiera quererte menos, aunque pensandolo bien, quizás no.
Maldigo a cada instante, ¿por qué la vida me hace esto?, te cruza en mi camino, pero me impide acariciarte, abrazarte, besarte... maldigo ésta suerte por tenerte lejos.
Pienso que quizás esta distancia se convierta en nuestra aliada despues de todo, y haga más fuerte a éste amor. Pero, ¿cuánto de aliada y cuánto de villana?
Cada segundo que pasa aumenta la angustia de tu ausencia. Que más desearía que tenerte a mi lado en éste instante, y poder así, curar esas heridas del alma, con cada uno de mis besos. Que más desearía que alejarte de la tristeza, la desolación, la noche... arrancarte de ese abismo en que te encuentras inmerso.
Pero también es cierto que el miedo no se aleja, sí, ese maldito miedo a la soledad, al abandono... Será que no quisiera repetir la historia, no otra vez...
Tus palabras me lastiman, tu amor me lastima, porque sé que si llegaras a olvidarme, si tan sólo te cansas de mí, me moriría.
Quizás para la vida no esté todo dicho, quizás, sólo quizás, lo pensó mejor y decidió darnos ésta oportunidad. La pregunta sería: ¿la vamos a dejar pasar? Pues yo, no. ¿Y vos...?
Este amor que siento por vos no lo sentí por nadie, jamás. Todo esto que me haces sentir cuando estás y cuando no, no lo sentí por nadie, jamás. ¿Por qué? Quizás porque nadie me quiso antes, basicamente.
Vos podes verme, podes entenderme, hablas mi mismo idioma, aceptas mi locura, me queres... O al menos eso siento. Puedo equivocarme. O no.
Llegaste en el momento justo, cuando mis esperanzas se esfumaban y mis sueños se desvanecían, llegaste justo cuando las sombras comenzaban a deborarme y la tristeza me cubría con su velo. Llegaste, y lograste traerme de vuelta, devolverme a la vida, reanimar a éste profano corazón que ahora late más que nunca cuando te siente.
Y pensar que siempre te busqué, que siempre te esperé... Pensar que siempre te soñé, te imaginé, nos imaginé. Y pensar que desde siempre te amé, aún sin haberte conocido, sin saber si realmente existías. Ahora sé que sí.
A veces me embarga el temor de que todo sea un sueño del que me despierte una mañana y te hayas esfumado. Temor de descubrir que en realidad no existís, que naciste de mi cabeza y moriste en ella.
¿Sabes...? Sos todo lo que necesito y más, mucho más. Sos la luz que me aleja de las sombras en que vivo inmersa; sos el aire que respiro, los colores que percibo, las lagrimas que se desprenden, el amor de mi vida...
Y yo, yo te quiero, sinceramente, con el alma y con el corazón, te quiero bien, no lo dudes. Deseo poder hacerte feliz (si me dejás), deseo ser todo aquello cuanto necesitás y más, mucho más, siempre más.
Estas letras que se desprenden de mi alma tienen nombre propio: Cristian.
Te amo tanto y más.