28 sept 2005

ºo.O LAGRIMAS DE SANGRE O.oº

Una lágrima de sangre
se desprende tímida,
y se desliza suavemente
dejando una profunda huella
tras su paso.
Se detiene un instante
sobre el labio,
y continúa su descenso,
dejándose caer
dentro de mi boca.
Puedo sentir su agrio sabor,
y aún está caliente.
Mi lengua la toma
en su regazo,
y ella se sumerge sin más.
No es la primera
que nace en mi alma
y muere en mi corazón.
Sólo es una más.
Lágrimas de sangre.
Se suceden una tras otra,
marcando el pausado pulso
de mis agonizantes latidos,
precipitando el aletargado
tiempo de mi reloj de arena.

ºo.O POEMA I O.oº

Te miro y no estás,
me enfoco en la nada y te siento.
Estás y no estás en realidad.
Intento zambullirme en tu mundo,
y que tú te zambullas en el mío.
Pero un muro se alza entre los dos.
Yo no lo construí, sólo me topé con él.
El aire, ese aire
en que danzamos en comunión,
se envicia por el silencio.
El tiempo,
se esfuma bajo la puerta,
cual niño que huye a hurtadillas
tras una travesura.

ºo.O A MI HERMANA O.oº

Como decir lo que significas para mí,
como decir lo que provocas en mi,
como decir lo mucho que te quiero.
Llevamos largos años de amistad
impregnados de dulces recuerdos,
como así también, algunos
amargos tropiezos.
Siempre haz sido un pilar en mi vida,
una guía, una compañera, una amiga.
Fuiste, sos y seguirás siendo
todo eso y mucho más.
Porque, no hay palabras
que puedan expresar,
lo mucho que te extraño
cuando no te veo.
Porque, no hay palabras
que puedan expresar,
la falta que haces en mi vida.
Un día de otoño,
hace ya diez años,
te elegí como mi amiga.
Hoy, vuelvo a elegirte una vez más,
ya no como amiga,
sino como hermana.
Te elijo, por ser mi cable a tierra,
una lucecita en la inmensa oscuridad.
Te elijo, por hacer que adore
estar a tu lado cada vez.
Te elijo, porque cuando estoy con vos,
puedo ser yo, sinceramente.
Una y mil veces te elijo,
porque sé que sin vos
mi vida no sería lo mismo.

ºo.O REFLEJO O.oº

Cuando mi imagen se reflejó en el espejo,
no me reconocí, y eso me asustó.
Veo a una niña, sí, una niña que llora;
parece no entender que sucede,
parece no entender que hace allí.
Me mira a los ojos con sus pupilas
enormemente dilatadas de espanto
al verse reflejada en mí.
Me suplica que la ayude,
que la saque de allí.
Tiene miedo, puedo verlo en sus ojos.
Apoyo mi mano derecha sobre el espejo,
la niña hace lo mismo imitándome.
Por más que trato, no logro tomar sus deditos.
El vidrio se hace infranqueable,
y ella parece desesperarse aún más.
Llora, llora ante mis desesperados
intentos de sacarla de allí.
Yo lloro con ella, es incontrolable,
no puedo evitar el sentir culpa
por no poder rescatarla.
Ella parece perdonarme;
afligida me observa desde el otro lado,
yo lloro de impotencia.
No hay nada que pueda hacer.
Nuestras manos se alejan del espejo
y nos quedamos mirando.

ºo.O SIGO ACA O.oº

La vida se desliza, se esfuma ante mí; y yo acá, atrapada. Siento que tengo que estar en otro lugar en estos momentos; debería estar en otros lugares, pero no acá. Siento que me estoy perdiendo algo, siento que me pierdo muchas cosas mientras estoy acá.
Siento que enloquezco dentro de ésta jaula donde me paseo como un oso ante la mirada atenta de algunos curiosos.
Siento que debería estar en otro lugar en estos momentos; siento que alguien me espera, y yo estoy acá.
Siento que podría estar haciendo otra cosa, otras cosas, antes que esto. Siento que me estoy perdiendo algo.
Por momentos me conformo con éste lugar, que yo misma elegí y hasta creo que llego a disfrutarlo. Pero cuando mi mirada se refleja en el espejo, veo tristeza y melancolía.
Siento que debería estar en otro lugar en estos momentos; hay quienes me esperan, quienes me necesitan. Y yo acá.
Siento que me estoy perdiendo algo, algo grande, algo importante. Me estoy perdiendo la vida.
Siento que hay más de una vida, hay miles de vidas allá afuera que deseo vivir, hay miles de personas que ansío conocer o que ansían conocerme.
Siento que me estoy perdiendo algo, me estoy perdiendo lo mejor de mí en este mundo.
Siento que todo lo que hago, todo lo que soy y todo lo que siento, es nada comparado con lo que podría llegar a ser. Pero no tengo tiempo para esperar a que aquello suceda. Simplemente no tengo tiempo, ni tampoco paciencia. Ya se me pasó prácticamente un cuarto de vida, y yo estoy acá.
Siento que en éstos momentos podría estar en tantos otros lugares aprendiendo, viviendo, aprendiendo a vivir.
Siento que me estoy perdiendo algo. Siento que el tiempo pasa, partes de mí van quedando en el camino, y yo acá; sintiendo que me estoy perdiendo algo, que debería estar en otro lugar, que alguien me está esperando.

ºo.O NOSTALGIA O.oº

El sol y la luna, se
suceden una y otra vez.
Las hojas de este almanaque
caen estrepitosamente.
Las penas que creía superadas,
no lo están lo suficiente.
Los recuerdos que creía olvidados,
permanecen intactos.
El placer, al sentir tus manos
recorriendo todo mi ser,
está aún latente como
una marca de fuego.
Nostalgia,
tú que traes a mi presente
lo que creía pasado;
te pido que te alejes.
Ya no hay nada
que pueda unir dos almas
cuyas pasiones encontradas,
vagan a la deriva
de un mar embravecido.
Nostalgia,
tú que te jactas
de terca y soñadora,
te pido que te alejes.
Ya no hay nada
que pueda mantener
vivo algo que nunca
fue realmente fuerte.
Ya no hay nada que me retenga
a ese intenso, pero breve pasado.

ºo.O LUNA CAUTIVA O.oº

La Luna, fiel amiga
de mis noches ausentes.
Su suave y blanca luz
descubre mi cuerpo desnudo,
entornado como un feto.
Coros de grillos elevan
sus melodías fúnebres a los cielos.
Cuervos sedientos de carne
revolotean sobre mí, me disputan,
presagiando un gran festín.
La nómada e inoportuna nube
se desplaza ocultando a la Luna
con su velo gris.
Las sombras reinan de repente
en la Madre Tierra,
y los viles cuervos se abalanzan
sobre mí, picoteando cada vez.
No siento mi carne,
es que ya no estoy en ella.

ºo.O ME SE MUERTA O.oº

Cientos de nubes negras se aproximan desde la inmensidad del cielo, ocultándolo todo bajo su enorme velo enlutado. Lentamente los rayos de sol que aún resisten semejante ocupación por parte de las sombras, van doblegándose ante su paso. La ciudad se encuentra inmersa de repente en una oscuridad absoluta, casi fantasmal.
Luego sobreviene una desmesurada quietud que se torna insoportable. La vida se ha detenido en la gran ciudad para dar paso a la incertidumbre y la desazón. La gente ha dejado de moverse de repente, formando una especie de cuadro al óleo, con sus miradas atónitas dirigidas hacia arriba. Sólo yo me muevo, aún.
Las copas de los verdes árboles comienzan a marchitar sus hojas, dejando caer sus débiles ramas al suelo. Uno a uno, los pulmones de ésta gran ciudad van cayendo, como va cayendo la gente desvanecida junto a ellos. Yo sigo en pie, observando, espectadora de mi propia e inevitable muerte.
El aire se vuelve cada vez más frío, puedo ver el vapor saliendo por mi boca al intentar respirar. A mi alrededor ya no queda gente con vida, o por lo menos, nadie que se mueva. Solo yo permanezco en pie aún, y no sé porque.
El aire comienza a faltarme, se me hace muy difícil respirar, tanto que mis pulmones duelen al intentar inhalar. Me doy cuenta que estoy muriendo, pero no tengo miedo, no. Solo tengo una sensación de desasosiego al saberme muerta y no poder evitarlo de ninguna forma.
El ambiente se ha vuelto helado, y el poco aire que entra en mis pulmones duele, quema. Caigo rendida al suelo, ya no me quedan fuerzas para nada más, estoy entregada; he sido vencida.
Aún puedo sentir los últimos suspiros saliendo por mi boca, mi último resabio de vida escapándose entre tinieblas. Ya no soy, ya no estoy. Me sé muerta.

ºo.O EL JILGUERO O.oº

Hasta hace un tiempo todo eran tinieblas. Mis pies caminaban entre inestables y espesos nubarrones, abriéndose paso hacia una tenebrosa desolación. Todo era tortuoso silencio y misterio, en ese mundo paralelo que era mi vida. Mis ojos vendados, fueron privados de reconocer mi triste realidad; realidad en la que me encontraba inmersa por propia voluntad. Claro está, que con el paso de los días, y de los meses luego, yo había perdido todo control sobre mi ser. Por mis oídos penetraron infinidad de falacias y engaños muy bien enfundados por cierto, que fueron formando ese ser miserable que era yo. No era capaz de reaccionar, de sublevarme ante semejante atropello.
Mi cerebro estaba como dormido, inconsciente, ausente. Hasta hace un tiempo todo eran tinieblas. Ante tanto tiempo en cautiverio, como un animal de experimentación, me costaba recordar la intensidad del sol. De ese sol que cada mañana me cegaba cuando abría la ventana de mi cuarto para despertar al nuevo día; ese sol que disfrutaba tomar en mis vacaciones en las sierras.
Recuerdo que por momentos tenía cierta lucidez que me recordaba que debía salir de ese estado, pero por más que intentaba, no lograba abrir mis ojos y mover mis pies. Era prácticamente un vegetal.
Así pasaron varios meses de mi corta vida, hasta que un buen día escuché algo que me llamó la atención. Un sonido, ante tanto silencio. Me aferré a él con todas mis fuerzas y continúe escuchando detenidamente. Era un jilguero, pude reconocerlo. Fue entonces cuando me di cuenta de que aún estaba viva, de que podía lograrlo, que podía escapar. Fue ahí cuando desperté de ese estado de letargo en que me encontraba inmersa, y abrí mis ojos a la luz. Recuerdo que me enceguecí por varios minutos; la luz era muy intensa, muy blanca. Sentí los rayos del sol golpear sobre mi pálido rostro, devolviéndole la vida. Por mis mejillas caían lágrimas de sal, que cicatrizaron viejas heridas del alma.
Al recuperar por completo mi visión busqué a ese jilguero salvador, y allí estaba, junto a la ventana mirándome. De pronto, levanta su pico al cielo y comienza a cantar la melodía más hermosa que jamás haya oído, la melodía de la libertad. Luego desplegó sus alas al viento y se alejo apresuradamente, perdiéndose en el cielo. Y yo, yo hice lo mismo.

ºo.O DESPEDIDA A CASTELO O.oº

Esta noche es triste, el cielo está llorando lágrimas de sal, porque decidiste dejarnos. Así, tan de repente, para siempre. El silencio ésta noche se hace intenso, doloroso. Afuera la tormenta azota las calles, desconsolada.
Miles de voces se alzan ésta noche en tu nombre; te recuerdan, te veneran, te acompañan. Son esas pequeñas almas taciturnas, que acompañaron cada uno de tus pasos por la tierra, las que hoy lloran tu ausencia.
La lucha fue tu bandera. Te vimos luchar contra todo y contra todos, y luchaste hasta tus últimos suspiros.
Esta noche es triste, aún te estamos despidiendo. Los lamentos de tu gente se hacen oír, retumban en los oídos, penetran en el alma.
Tus alas se han desplegado ésta noche, bajo lágrimas de lluvia; ellas te envuelven, te abrazan, alzando tu vuelo a la eternidad.

ºo.O NOCHES VACIAS O.oº

Noches vacías, en un cuarto vacío. Mi hermana duerme. Siempre duerme, no despierta. Yo no duermo, nunca duermo, no puedo dormir. Las paredes lilas están vacías, muy vacías. La radio suena, los locutores hablan, hablan... Yo no los escucho. Un grillo, está cantando dentro del cuarto. Siempre canta, y yo lo escucho, lo escucho. Hace calor, un poco. El grillo canta. Tengo sed, mucha sed. Tomo agua, mucha. Tengo sed, ya no. Miro el techo. El techo me aburre, no me gusta. Es de madera, me aburre. Hay música, en la radio. Me gusta, es tranquila, me llena de paz. Hay muebles, muchos muebles, de madera. No me gustan, me incomodan, me molestan. El grillo, canta, canta, sigue cantando. Mis ojos, pesan, duelen. Yo, duermo, duermo... profundo.

ºo.O MESES IGUAL O.oº

Llevo meses igual, tratando de escapar,
de dejar de depender, de volar libre
como alguna vez soñé...
Pero estas alas pesan cada día más
y no dejan que me eleve a lo alto.

Allí donde nadie pueda alcanzarme,
donde las reglas no existan,
donde el tiempo se detenga,
donde el espacio se esfume.

Allí donde pueda ser yo,
donde pueda sentirme,
y no pretenda ser otra.
Allí donde mi alma se exprese
en plenitud, y
desplace finalmente a la razón.

Estoy hablando de un lugar
para mí, sólo para mí,
mi lugar infinito, mi lugar cósmico...
Allí donde pueda refugiarme
a pensar.
Pensar en mí, en lo que
los demás esperan de mí,
y en lo que yo tengo
para dar.

Llevo meses igual, tratando de escapar,
de volar, de volar alto.
Tan alto que ni los más osados pájaros
puedan alcanzarme.
Tan alto, que ni los aviones
puedan llegar.
Tan alto, que ni yo misma
pueda alcanzarme.

ºo.O EXISTENCIA O.oº

Cuerpos físicos,
simples partículas de átomo
vagando en la superficie
de éste cosmos infinito.

Cuerpos parpadeantes
al son de vuestras percepciones,
dotados de existencia,
dotados de vida.

Universo,
mares de energía
donde vosotros navegáis
existiendo y dejando de existir
ante cada parpadeo.

A veces espectador
otras veces escenario,
sois esclavo de la
voluntad de Dios.

Espíritu,
conciencia cierta,
observador del mundo,
anónimo habitante
de nuestros
cuerpos físicos.

ºo.O DESENCUENTROS O.oº

Un hilo de suspiros nos unen
en la inmensidad del mundo.
Los encuentros fortuitos en horas perdidas,
en el vertiginoso ritmo de la vida,
no alcanzan a saciar nuestra sed de deseo.

Los astros se conjugan en un devenir
de esperanzas que se rompen ante cada partida.
Mis labios se resecan, se lastiman, sangran,
por la ausencia de los tuyos
que húmedos de pasión,
me mantienen en vida.

Las lágrimas ya secas en nuestros rostros,
se petrifican, se hacen carne.
Las estaciones se suceden ante nuestros ojos,
las hojas caen y vuelven a crecer,
los días se acortan y vuelven a alargar.
Son tan pocos los momentos que tenemos,
los ratitos que robamos...

Las promesas son dichas y no cumplidas,
los sentimientos pintados y no sinceros.
Tus tiempos no son los míos,
tus noches no son las mías,
tus días tampoco lo son.

Nuestros caminos parecen predestinados
a perderse en los suburbios de ésta gran ciudad.
Sin embargo ésta llama que arde
dentro mío cada vez que apareces,
hace que siga esperando cada día y cada noche,
por tu regreso.

ºo.O CONFUSION O.oº

Afuera el sol brilla intenso,
los árboles se menean
al son de la suave brisa,
los gorriones cantan
melodías de esperanza.

Adentro, las tinieblas
empañan mi claridad,
mis pensamientos se confunden,
mis sentimientos batallan
una guerra feroz.

Todo mi ser se ha convulsionado.

Mis venas se resisten
a segregar la sangre,
mis pulmones detienen
su inhalación y exhalación,
mi corazón se cansó de bombear...

Todo mi ser se ha convulsionado.

Mis manos no dejan de temblar,
mis huesos no dejan de doler,
mis ojos no dejan de llorar.

ºo.O ULTIMATUM O.oº

Aquella madrugada
en que sellaste con fuego
mi alma,
dicté un ultimátum
a mi sangrante corazón.
Le di una última oportunidad
a mi desdichado amor.

Desde el comienzo,
fuiste una vil mentira
que me enroscó en
una nebulosa gris
de la que no pude escapar.

Aquella madrugada,
frente a ese río
que fue nuestro único testigo,
empezaste éste juego macabro
que creció con el correr de los días.

Tus labios junto a mi oído,
escupieron promesas y brujerías
que envenenaron mi inocencia.

Pero aquella noche,
junto a ese mismo río
que ya no fue nuestro testigo
sino un siniestro cómplice más,
intentaste terminar tu osadía.

Pero mis sentidos,
mis únicas armas de defensa
ante semejante acecho,
fueron quienes me sacaron de allí.

Pero no te detuviste,
y otra vez esos rezos macabros
que pregonaban el amor más puro
y sincero, me embelesó.

Volví a caer en esa tela pegajosa
que creaste para mí,
donde yo, tu presa,
quedaba inmovilizada e indefensa.

Pero hoy, luego de mucho pelear
y reñir con mi corazón,
esa tela carcelaria logré romper
y salí nuevamente a la luz.

Hoy, por primera vez
en mucho tiempo,
puedo sentir el aire puro
entrando en mis pulmones.

Mis sentidos lograron liberarse
de ésta esclavitud
y hoy solo responden ante mí.

Pero el ultimátum se cumplió,
y las puertas de mi desgarrado
y profano corazón,
han sido cerradas por
toda la eternidad.

ºo.O EXTRAÑOS O.oº

Extraños en la cama,
donde una vez
fuimos los mejores amantes.

Extraños en la casa,
donde miles de veces
bailamos desnudos,
bajo el calor abrasador
de nuestra chimenea.

Extraños seres
deambulando en la noche
cual almas errantes
un mundo de nieblas.

Eso somos...

Extraños en el mundo,
extraños en la vida.

Ni cenizas quedan ya,
de aquellos que una vez
supimos ser.

ºo.O DULCE ESPERA O.oº

Era una de esas mañanas nostálgicas del otoño, donde el sol brilla tenue a lo alto descubriendo el nuevo día. En las calles la gente camina apurada, preocupada, pensante... Todos van a algún lado, todos tienen a alguien esperando por su llegada.
Pero en el Geriátrico "Esperanza", el tiempo se encuentra detenido, los relojes no cuentan los minutos, ni las horas. Y si lo hacen a nadie le importa.
- ¡Buenos Días, Doña Inés! ¿Cómo anda hoy?
- Triste. (Responde Inés cabizbaja).
- ¿Por qué está triste? ¡Mire el hermoso día que hace afuera! Si hasta parece que los árboles danzaran...
- Mañana es 30.
- Sí. ¿Y que hay con eso Doña Inés?
- Es que es mi cumpleaños.
- ¿En serio? Entonces debería estar contenta. Acá con todos los abuelitos le vamos a organizar una fiestita. ¿Quiere?
- No se, estoy triste jovencita, y no tengo ganas de festejar nada.
- ¿Y eso porqué?
- Es que ya nadie se acuerda de mí, parece que no existiera.
- Eso no es cierto Doñita. De seguro sus hijos y nietos se acuerdan de usted y la extrañan. Pero deben estar muy ocupados y no pueden venir tan seguido como quisieran.
- Sí, debe ser eso. Dice Doña Inés pensativa, mientras retuerce una y otra vez un pequeño pañuelo entre sus manos.
Al rato, Doña Arminda se aproxima tambaleándose con su caminador que apenas puede sostener, y se sienta junto a Doña Inés que había empezado a tejer con sus agujas.
- Buenas Inecita. ¿Qué hace?
- Espero. - Dice Doña Inés, sin levantar la vista del tejido.
- ¿Qué espera?
- Nada. Sólo espero.
Doña Arminda comienza a repartirse los naipes para jugar un solitario, mientras piensa por un momento, hasta que finalmente mira a Doña Inés y le dice:
- Uste' está muy rara hoy día. ¿Qué le anda pasando?
- Nada, sólo estoy un poco cansada de esperar que alguien venga a visitarme.
- Entonces, ya no espere.
- ¿Sabes...? - Dice Doña Inés - Hoy hace cinco años que estoy acá, y mis hijos sólo han venido a visitarme unas pocas veces. Mis nietos directamente ni vienen. Y los entiendo, mira si van a querer venir a ver a una vieja como yo.
- Che, no digas esas cosas Inecita.
- Pero es la verdad. Mañana cumplo 83 años.
- ¿En serio? De seguro van a venir tus hijos y tus nietos con regalos.
- Sí, tal vez. - Dice Doña Inés.
Ana se acerca con una bandeja en las manos, en la que traía dos vasitos de agua.
- Bueno chicas, es hora de tomar la medicina.
- ¿No llamó ninguno de mis hijos? - Pregunta Doña Inés.
- No todavía, Inecita. Pero no tardarán en hacerlo, y cuando lo hagan yo le voy a avisar. No se preocupe.
La enfermera se retira apresuradamente a atender a los demás pacientes.
- No van a llamar. - Dice Doña Inés acongojada y con los ojos llorosos.
- No pienses pavadas. - Dice Doña Arminda, tratando de alivianar el dolor de Inecita. Y decide cambiar de tema.
- ¿Sabías que Don Luis se escapó ayer?
- No. No sabía. - Dice Doña Inés algo sorprendida.
- Sí. Parece ser que el guardia estaba hablando por teléfono, y Don Luis aprovechó ese descuido y se escapó. La vieja Amelia que es súper chismosa, me contó que lo encontraron a unas cinco cuadras preguntando como llegar a barrio Alberdi.
- Pero si él no vive en barrio Alberdi. - Dice Doña Inés, dejando definitivamente el tejido para más tarde.
- Sí, ya sé. Pero el viejo está medio arteriosclerótico, así que cree que vive en barrio Alberdi, que es su barrio de la infancia.
- Gente loca... - Concluye Doña Inés.
- Sí, por suerte nosotras nos conservamos bastante bien.
- Al pedo. - Sentencia ofuscada Doña Inés.
- ¿Por qué decís eso?
- Porque sí, ¿para qué seguir viviendo a ésta edad? ¿No te das cuenta que somos un estorbo y no cabemos en ningún lado? Ya no somos útiles para esta sociedad, ya cumplimos nuestro ciclo.
- Ya estoy empezando a convencerme de que tenés razón en lo que decís. -Plantea Doña Arminda contrariada.
- La tengo, mierda, la tengo. - Afirma Doña Inés visiblemente enojada.
A lo largo de todo el día las dos ancianas se dedicaron a hablar sobre temas triviales y sin importancia, como casi todos los días. Cuando se hicieron las nueve de la noche las enfermeras volvieron a pasar para acostar a los abuelos, y un rato después las luces fueron apagadas.
La mañana siguiente los primeros rayos del sol ya penetraban por las rendijas de las ventanas, cuando Juanjo y Laura, los hijos de Doña Inés, llegaron al geriátrico con una torta en sus manos.
La Directora del lugar los recibió amablemente, y los invitó a acompañarla hasta la habitación de Inés.
- Vengan por aquí, por favor. Ella aún está durmiendo, pero vamos a despertarla.
Ellos caminaron a lo largo de un corredor hasta llegar a una puerta blanca.
Juanjo y Laura entran expectantes y ansiosos por ver a su madre. Una vez junto a la cama Juanjo intenta despertar a su madre sacudiéndola suavemente. Pero Doña Inés no reacciona. La vuelven a zamarrear, y nada... Juanjo afligido, temiendo lo peor, le toma el pulso y mira a su hermana con los ojos llenos de lágrimas.
- Está muerta. - Dice Juanjo finalmente.
Desde la cama de al lado Doña Arminda aún acostada miraba con lágrimas en sus ojos toda la escena.
- Feliz Cumpleaños, Inecita. - Dice por lo bajo Doña Arminda, antes de cerrar nuevamente sus ojos.

ºo.O MIRADAS O.oº

Salí a caminar buscando no se qué, comencé a observar a las demás personas, sus comportamientos mientras van y vienen. Entonces noté que no se miran unos a otros es más, creo que ni siquiera notan la existencia del otro. Ellos simplemente agachan sus cabezas y encaran el mundo, cual toro a su torero. Ni siquiera levantan la vista sin tropiezan con alguien, sólo balbucean por lo bajo: “perdón...”, y siguen la marcha.
Entonces me propuse buscar sus miradas, cada persona que me cruzaba la miraba a los ojos como diciéndole: “Hey, acá estoy mírame...”. Pero ellos simplemente volteaban su rostro hacia cualquier lado, o ni siquiera levantaban la cabeza, y seguían llevándose todo por delante.
Pero no me di por vencida, todavía no; seguí intentando encontrar una mirada amiga, una mirada en la cual reflejarme, una mirada perdida y desorientada como la mía.
Caminé y caminé, las horas pasaron y pasaron... y se hizo la noche. Mis esperanzas de encontrar esa mirada se estaban esfumando lentamente. Mis pies empezaron a sentir el cansancio de un largo día de caminata, parecían no querer más; estaba a punto de tirar la toalla. Pero terca como soy, decidí hacer un último esfuerzo y caminar un poco más, después de todo la gente que transita las calles por la noche suele ser distinta. Muchos de ellos, son seres taciturnos, bohemios... Ellos probablemente me den lo que ando buscando, porque ellos también suelen buscar lo mismo. Podría decirse que son como almas desoladas, solitarias, que salen por las noches en busca de compañía, de cariño, de amor, o por lo menos de una mirada amiga que los comprenda y abrace, en este son que es la vida. Caminé una cuadra, y al pasar frente a una Iglesia vi a un chico acurrucado con una manta junto a la entrada. Lo miré, para mi sorpresa, él también me miró. Nos seguimos con la vista, sin siquiera hacer un gesto. Cuando pasé a su lado, sin bajar su carita me dijo: “Gracias”. Yo también le agradecí y seguí caminando.
Pero no satisfecha aún por haber logrado mi cometido, decidí hacer un último recorrido. Ya casi no sentía mis pies, pero no me importó, igual seguí caminando. Estaba decidida a encontrar una nueva alma errante como la mía. Llegué a una plaza y me senté en un banco a esperar... a esperar que ese ser viniera a mi encuentro. Después de todo, no creo haber sido la única que buscara... De seguro había muchos como yo, que transitaban sus últimas vueltas en busca de una mirada amiga.
Me acurruqué en el banco y comencé a mirar en todas direcciones, la gente iba y venía, pero no pasaba nada. Entonces los vi, eran un par de ojos inquietos que me observaban desde la muchedumbre. Eran los ojos más hermosos que jamás haya visto. De a poco se fue acercando hacia el banco donde yo estaba sentada... era un joven, y me sonreía mientras caminaba.
Entonces me di cuenta de que la había encontrado. Sí, había encontrado mi “alma gemela”, una mirada amiga para siempre.
El se acercó junto a mí y me dijo sonriendo: “Al fin te encuentro”. Me tomó de las manos, nos fuimos caminando juntos, y nos perdimos en ese mar de gente que iba y venía por esa plaza.
Aún hoy, después de cincuenta años, cada vez que miro a mi marido, al padre de mis hijos, al abuelo de mis nietos a los ojos, se me estruja el corazón.