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Suena ‘Perfect Day’ de Lou Reed en mi reproductor, pero lo cierto es que éste día que acaba de comenzar hace tan solo unas horas, no tiene nada de perfecto. ¿Por qué tendría que ser perfecto un día de partida, de despedida...? No hay días más tristes y agónicos que éstos, días de lágrimas a escondidas, de desesperación anhelante, de desazón por esos días desolados de mañana, esos días en que vos no estarás.
Y siempre te dejo, pero siempre me quiero quedar a tu lado, pegada a vos, adherida a la suavidad de tu piel, entre tus grandes brazos, siempre...
Las vueltas de la vida pueden ser muy imprevisibles. Quién iba a pensar que me traería a tierras lejanas, al lado de éste amor que ha hecho de su mundo, mi lugar en el mundo. Dónde sea que estés, a donde sea que vayas, ahí quiero estar, con vos.
El 21 de Octubre, próximo domingo, habremos caminado un año ‘perfecto’, una sucesión infinita de eternidades a tu lado, de momentos inolvidables… un año de perfectos amantes.
Cientos de versos te pertenecen, muchos han crecido en poemas, poemas que éste valle cobija bajo sus sombras, y muchos otros simplemente se escriben en mi mente, en el aire, en tu piel, en tus labios… letras que nacen y desvanecen en ese minúsculo espacio que media entre tu pecho y el mío.
También te he acariciado con el trazo de mi lápiz, al tornear tu figura en el papel; has sido protagonista de mis tantos sueños; y he velado a tu lado cada uno de tus sueños y pesadillas.
Definitivamente el día que entraste en mi vida, fue un ‘día perfecto’; comenzó en el preciso instante en que recibí tu mensaje en mi casilla, y aún no termina…
A mi amor.
Y siempre te dejo, pero siempre me quiero quedar a tu lado, pegada a vos, adherida a la suavidad de tu piel, entre tus grandes brazos, siempre...
Las vueltas de la vida pueden ser muy imprevisibles. Quién iba a pensar que me traería a tierras lejanas, al lado de éste amor que ha hecho de su mundo, mi lugar en el mundo. Dónde sea que estés, a donde sea que vayas, ahí quiero estar, con vos.
El 21 de Octubre, próximo domingo, habremos caminado un año ‘perfecto’, una sucesión infinita de eternidades a tu lado, de momentos inolvidables… un año de perfectos amantes.
Cientos de versos te pertenecen, muchos han crecido en poemas, poemas que éste valle cobija bajo sus sombras, y muchos otros simplemente se escriben en mi mente, en el aire, en tu piel, en tus labios… letras que nacen y desvanecen en ese minúsculo espacio que media entre tu pecho y el mío.
También te he acariciado con el trazo de mi lápiz, al tornear tu figura en el papel; has sido protagonista de mis tantos sueños; y he velado a tu lado cada uno de tus sueños y pesadillas.
Definitivamente el día que entraste en mi vida, fue un ‘día perfecto’; comenzó en el preciso instante en que recibí tu mensaje en mi casilla, y aún no termina…
A mi amor.
