6 ene 2008

°o.O AMANECER O.o°

Hace tiempo que no publico nada nuevo, es que no he escrito nada nuevo. Y no es por falta de tiempo, es tan solo por falta de letras. A veces las vacaciones de letras son necesarias para volver a ellas luego, con nuevos aires, nuevas sensaciones, nuevas visiones.
Hoy me he traído de vuelta, he aterrizado esos mares de pensamientos que abundan en mi cabeza; he decidido que sería este día, y no otro. Hoy, finalmente, he amanecido.
El día avanza presuroso con todo el esplendor del sol y una suave brisa del norte, aquí dentro yacemos mi soledad y yo, hoy hermanadas; en la habitación aún quedan los vestigios de nuestra última batalla campal.
En verdad, no he tenido días más insoportables que los de éste último tiempo; son días en que no tolero a nadie ni a mi misma, me torno irascible. A veces me siento como un oso enjaulado, vago por la casa ensimismada en mis pensamientos, enarbola mi ciclotimia risas y llantos continuados que enloquecen. Pero hoy es un nuevo día, y los tormentos se han alejado, las voces han callado; sólo silencio, nada más.
Y van a ser casi tres meses de ausencia, y cada vez se me hace más difícil, pues necesito siempre de esa otra mitad, extraviada en el tiempo y la distancia, para poder caminar. Me consuela saber que está en cierto modo, que me lleva en su pensamiento y en su corazón; pero siempre quiero más.
Aún recuerdo como si fuera ayer, la primera vez que lo vi: bajó del ómnibus y sin mirar hacia donde estaba, fue directo a retirar su bolso; yo me quedé en el lugar, mirándolo, fue entonces que dio media vuelta mientras recibía su bolso, y me vio, una dulce y tímida sonrisa iluminó su rostro y caminó decidido hacia mí. Yo temblaba, pues ese primer beso lo era todo, era la consumación de tantas noches desveladas y tantos sueños de amor. Ese beso también podría haber sido el principio del fin, pues tantas ilusiones teníamos y tanto miedo… Pero fue hermoso, como lo esperaba, como lo deseaba. Si parece que fue ayer, y hace un año ya de eso.
Tantas instantáneas que guarda celosamente mi alma y que guardará siempre.
Y muchas veces tengo miedo, y es inevitable. Le temo al olvido, más precisamente al olvido del amor. Pasar a ser la nada misma, dejar de ser, dejar de estar, dejar de hacer sentir, perder ese espejo en que reflejarnos y hacer reflejar, la evidencia de nuestra existencia cierta.

2 Huellas en el Valle:

Anónimo dijo...

Pues ante todo bienvenida sea tu vuelta a las letras, pues con ellas conformas unas palabras como siempre de una gran belleza, de pensamientos profundos.
Respecto a tu miedo, en el amor casi siempre existen miedos, temores que intentan asaltarnos, pero no hay que ceder a ellos, sino estar seguros de nuestros sentimientos y mirar al frente con la mirada vacía de temores.
Un placer leerte, un saludo.

Al6665 dijo...

Al terminar de leerte, mis propias instantáneas aparecen en mi cabeza, hace más de un año que regrese definitivamente a la soledad, me vi reflejado, recorde tanto, pero ya es hora de que regrese a la nada.

Saludos!!
Gracias por tus letras, siempre son grandiosas y significativas.