Cuando ya no esperaba,
un tren proveniente del sur
se detuvo de repente ante mí
y te ví descender de él.
Cuando comenzaba a hundirme
entre las sombras de mi alma,
se oyó el tintineo de una campana
y te ví caminando hacia mí.
Cuando ya me moría en vida
y el hastío me consumía,
me miraste con esos ojos
clavando tus puñales en mí.
Cuando ya me había resignado
a encontrarte en ésta vida,
saliste de entre las sombras
y me encendiste con tu luz.
1 Huellas en el Valle:
Mi poeta me apuñala, siempre me apuñala con la noche y sus fantasmas.
Argos Trabajando
Publicar un comentario